PERSPECTIVA ACADÉMICA
Guillermo Díaz
29 enero 2025
El 3 de diciembre del año 2018 la Asamblea General de las Naciones Unidas y la UNESCO, mediante resolución A/RES/73/25 declaró el 24 de enero de cada año como Día Internacional de la Educación. Con la declaración de Día Internacional de la Educación se pretende llamar la atención de los gobiernos a definir y ejecutar políticas públicas que garanticen educación para todos y pertinente en el marco de los estándares de calidad que demanda la sociedad y el mercado laboral en la actualidad. El logro de esta meta es posible si los gobiernos dan continuidad a las políticas establecidas para estos fines.
La falta de continuidad de las políticas educativas en la región se pone de manifiesto cada vez que hay cambio de gobierno. Los nuevos ministros, no importa si pertenecen al partido de gobierno o no, inician su ejecutoria echando al zafacón los planes, proyectos y programas en ejecución. Para elevar la calidad de la educación, sin que esto implique renunciar a hacer cuantos ajustes haya que hacer, esa práctica debe ser descontinuada.
La región ha experimentado avances significativos en el desarrollo económico y social. Para el año de 1950 la población de América Latina y el Caribe era de 168 millones, 70 años después, 2023 la población se estimaba en 663 millones lo que representa el 8,2% de la población mundial. El crecimiento población ha experimentado un incremento significativo de 1950 a 2024, de 168 millones en 1950 ha 663 millones en el 2022.
Del total de la población 663 millones el 23,9% (158,4 millones) serán menores de 15 años, el 67% (444,2 millones) se ubica en rango entre 15 y 64 años y el 9,1% (60,4 millones) restante mayores de 65 años. Eso quiere decir que 158.4 millones de los habitantes de América Latina y el Caribe se ubican en el rango de edad entre 1 y 15 años.
Los resultados del desarrollo económico y social experimentado en la región en las últimas décadas no se han traducido en bienestar para los habitantes de la región, especialmente para niños, niñas y adolescentes. 188 millones de niños y adolescentes que vive en la región, 114 millones de estudiantes estaban ausentes de las escuelas en la región en el año de 2021. El año 2023, de acuerdo con UNESCO, 9.7 millones de niños no estaban escolarizados. Ciertamente, dar una edad cronológica a cada una de las etapas que se corresponden con los primeros 15 años de vida del ser humano, no es tarea fácil. Para los fines de este artículo asumo las fases establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS): primera infancia entre 0 y 6 años, la niñez media entre 6 y 11 años y adolescencia temprana entre 12 a 14 años.
La Oficina Nacional de Estadística (ONE) proyecta para el año 2025 una población de 10,878,267 habitantes. El 34% de la población tiene hasta 14 años, el 61% por personas entre 15 y 64 años de edad y el 5% restante por personas de más de 65 Años. Para el 2025 se estima que el 27,53 % (2,994,786) de la poblacional se ubique dentro del rango de 0 a 15 años.
La República Dominicana, en los últimos 30 años, registra un crecimiento económico astronómico, pensar que para el año de 1993 el Producto Interno Bruto (PIB) nominal de US$21,403 millones a US%121,444 millones en 2023 significa un incremento en su crecimiento equivalente a 828%. El crecimiento económico alcanzado es una oportunidad para diversificar las actividades productivas, pero esto requiere recursos humanos calificados para incorporarse en los procesos productivos.
Naturalmente, la calificación de los recursos humanos es responsabilidad del Estado a través del sistema educativo. En realidad, en los últimos 30 años el sistema educativo dominicano ha recibido cuantiosas inversiones, en 2012 le fue asignado el 4% del Producto Interno Bruto. Sin embargo, los resultados, después de recibir por más de una década un presupuesto cuyo monto alcanza el 4% del PBI, no reflejan del todo las aspiraciones de la sociedad.
Considero que una buena parte de la clase política del país no termina por comprender el rol asignado a la educación desde siempre. Muchas veces el grado de improvisación, que asume la clase política en la administración del Estado, asusta. La educación de la presente y futuro generación debe plantearse desde una perspectiva no politiquera. Sencillamente, se trata de garantizar que nuestros niños, adolescentes y jóvenes tengan acceso a educación de calidad, para todos, además, que garantice el desarrollo del pensamiento crítico.
Perdón, estaba en un sueño profundo, pero desperté y sigo viviendo en un país de gente buena condenados por los políticos, no por la política, a vivir de dádivas.