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Reflexiones sobre poesía. ¿Tránsito y culmen a lo posible? (I)
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Virgilio López Azuán, Escritor y acádemico

Reflexiones sobre poesía. ¿Tránsito y culmen a lo posible? (I)

Por Virgilio López Azuán

¿La poesía es creadora de la cosa y la hace ser?, ¿es tránsito y culmen a lo posible? Lo primero es reflexionar sobre qué es poesía; segundo, dejar especificado que la poesía no solo es develada por medio de la palabra; tercero, no podremos responder a todas las preguntas formuladas en el presente texto, y cuarto, que la poesía será abordada como creación lingüística. Trataremos de apartarnos de su definición o existencia como si fuera producto de un acto taumatúrgico para aproximarnos a una definición desde el concepto de la materia y la energía. Planteamientos de teóricos de la lengua y el lenguaje han aportado ricas explicaciones a ser tomadas en cuenta sobre qué es poesía. (No citaremos a ninguno de ellos).

            ¿Quién sentencia que solo el individuo humano es capaz de realizar un acto creativo, el cual resulta ser un acto poético? ¿Quién afirma que las abejas no hacen poesía? Se ofrece la certeza de que la poesía es reconocida mediante un acto contemplativo en los casos espirituales y mentales. Hay muchas descripciones de lo poético y lo no poético que han generado y generarán otros ensayos. 

La poesía y las divinidades

            La primera pregunta formulada al inicio de este escrito fácilmente nos llevaría a vincular la poesía con divinidades (con el lenguaje de y para los dioses), como era concebida por los griegos, romanos, y otras culturas, tanto en Oriente como en Occidente. Su definición debe estar próxima a los conceptos de los dioses, hijas de dioses o musas (casi siempre asociada con la mujer). La poesía es creadora, quizá para algunos es una diosa en sí misma. En el caso de la mitología griega, Calíope era la divinidad inspiradora de la poesía. O sea, que por medio de ella se creaba poesía.

            Si damos un vistazo a la historia, nos encontraremos con Enheduanna que vivió en la antigua Mesopotamia en el siglo XXIII a.C., escritora de obras religiosas, que alababan a la diosa del amor, Inanna, y a Nannar, dios de la Luna. Es considerada como la primera persona en crear obra literaria propia. En sus alabanzas ya se manifestaba lo poético, ese vínculo en lo escrito, entre el individuo humano y las divinidades. Enheduanna no inventó la poesía; la poesía ya estaba allí. Ella solo pudo captar su lenguaje, vibró en la misma frecuencia con que el estado creativo hace vibrar a todos los que lo reconocen o auscultan, como dice el maestro Bruno Rosario Candelier. La poesía es poesía en todas las lenguas, lenguajes y tiempo; pero los individuos humanos no desarrollamos la sensibilidad poética de la misma manera. No todos los cerebros son “neurosensibles” para captar esas vibraciones y mucho menos para crear, por medio de la lengua y el lenguaje, lo que se conoce como poesía. Hay poesía en todo, pero no todos vibramos a la altura de alcanzar un estado poético, una dimensión altamente sensible.

Antiguos textos

Algunos textos antiguos, unos de carácter solo épicos y otros épicos sagrados, nos darían ideas de lo vinculado que está el concepto de poesía con la creación, la espiritualidad, el mito, la religión, el misticismo, y las maneras de percibir el mundo y el universo en sus profundas dimensiones.

            La mayoría de estos textos fueron escritos con un lenguaje poético. Había poemas, epístolas, himnos, diálogos, monólogos, odas, exaltaciones, loas, versos, versículos, cantos, narraciones…

            Podemos citar algunas muestras: La Epopeya de Gilgamesh o Poema de Gilgamesh (2500-2000 a.C.), que es un texto sumerio basado en cinco poemas independientes. Es considerada la obra épica más antigua y narra las peripecias del rey Gilgamesh. El Enūma Eliš, (1900-1600 a. C.), poema babilónico de la creación, escrito en tablillas, constituido por versos de dos líneas con caracteres de estilo cuneiforme, siendo la función del segundo verso enfatizar el primero por oposición. En el texto algunos elementos de los mitos, representados por ilustraciones, datan del período entre los siglos XVI y XII a.C. Una de las interpretaciones de este poema es la lucha entre el orden y el caos, mostrando el arquetipo guerrero que lucha contra el caos. Las Odas de Salomón: son 42 odas atribuidas al rey Salomón, de carácter religioso, que datan de los siglos I y III, de naturaleza paleocristiana. El Avesta, textos sagrados de la antigua Persia, redactados en avéstico de la religión zoroastriana. Posee versificación similar a los himnos védicos y el Yasna Haptanhaiti, escrito en prosa.  El Ramayana, texto épico que data del (siglo III a.C.), no revelado por Dios. Obra muy importante, escrita en versos de la antigua India, del subgénero literario de la indonástica. El Mahabhárata, es un texto épico-mitológico, también de la antigua India (siglo III a.C.). La Bhagavad-gītā, forma parte de los textos religiosos hindúes del Mahabhárata, compuesto por 700 versos. Contiene la conversación de Krishna (encarnación de Vishnú para los hindúes) y su primo Arjuna, antes de la guerra de Kurukshetra. La Biblia, que es un conjunto de libros canónicos, considerados de inspiración divina por el catolicismo y otras religiones, también es un texto con importantes escritos poéticos. Por ejemplo, el Cantar de los cantares.

            Los textos anteriormente citados, entre otros, nos inducen a pensar que la poesía es un vínculo que puede trascender la materia y el espíritu humano. En un caso, sería útil enfocar su estudio como percepción, creación o por mediación del individuo humano.

            De todas maneras, el hecho de pensar que la poesía funciona como partícula (s), tanto para crearla como para percibirla por medio de los mecanismos cerebrales, no creo que sea un ejercicio inútil, “Aquel que duda y no investiga, se torna no solo infeliz, sino también injusto”, decía Blaise Pascal.

            Este tema sería aceptado por los científicos y rechazado por los espiritualistas. Lo harían por histórica oposición, ya sea mítica, mística, religiosa o racional. Se trata a la ciencia como lo opuesto a las verdades espirituales, el árbol del bien y del mal. En cierta medida, ya los estudios científicos de la física cuántica tienen características de religión.

¿La poesía genera poesía?

Hay quienes pueden pensar que la poesía se crea a sí misma, se autofecunda. No para generar otra “cosa” que no sea poesía. ¡La poesía, metafóricamente, sería andrógina! Diferente de los humanos, los perros y las vacas… El humano, las vacas, los perros…  No se autofecundan, pero tampoco procrean otra cosa que no sean humanos, vacas y perros, respectivamente. Pienso que la poesía no genera poesía, ella alcanza lo máximo, la consumación. Lo digo cuando pienso en actos de androginia en antiguas teogonías griegas, los seres neutros y divinos se engendraban por sí solos. Hesíodo nos refiere que del Caos nacieron la Noche (femenina) y Erebo (neutro). La Tierra dio a luz al Cielo estrellado por sí sola.

            En este caso tampoco se cumple la idea de la generación espontánea planteada y descrita por Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes, Demócrito, Aristóteles y desterrada por Luis Pasteur. Dalla cosa nasce la cosa (De la cosa nace la cosa), en la poesía no sería algo diferente, reiteramos, nacerá solo poesía, no una araña “cacata”. Ahora bien, la araña “cacata” puede ser “condición y límite de lo poético”, si esta es percibida como un animal de carácter siniestro.

            Aunque lo siniestro sea condición y límite de lo estético (Eugenio Trías, 1942-2013), de lo siniestro no nace la poesía, es una precondición. O quizá transmute lo siniestro, puede ser. Habría que seguir estudiando la naturaleza de la poesía desde varias perspectivas de enfoques.  Los objetos, sujetos, actos siniestros u horrendos pueden producir placer y generar actos creativos de tipo poético. (No abordaremos los casos cuando se arguye a patologías emocionales y mentales).

             La poesía es coeterna al caos y a la armonía, vive tanto en una como en el otro, porque la armonía es “condición y límite del caos” y viceversa, construyendo un ciclo recursivo. Lo de la araña “cacata”, nombrado anteriormente, era solo por decir otra “cosa”, no por un acto de discriminación al animal, solo era un ejemplo que parece bueno desde mi percepción. Ahora bien, dadas las explicaciones anteriores, ¿quién se atreve a decir que una araña “cacata” no es una obra de arte? Ya el inmenso Walt Whitman decía: “Y que la hormiga también es tan perfecta, y un grano de arena, y el huevo del reyezuelo”. “Y la reineta es una obra de arte comparada con lo más grande”.

La chispa poética y las partículas

            Algunos estudiosos siguen buscando no solo de dónde viene la chispa poética, sino qué, cómo y quién la produce. El acto de creación no se limita o dar por taxativo que es producto del don de Dios, sino que deben existir otras explicaciones más evidentes, que superen los postulados considerados apologéticos. Para ello se han valido de varias ciencias combinadas: biología, física, psicología, neurociencia, entre otras. Es como si buscaran la causa de las causas. ¿Y si la poesía es acausal? O sea, que no tiene causa(s), no tiene materia y es una forma de energía. Toda la materia es energía, pero no toda la energía es materia. En esta última afirmación se abren campos infinitos para la imaginación y generación de nuevas hipótesis. Digamos que la poesía es una forma de energía, debiera tener masa o no tenerla. Si la tiene o no la tiene, debe comprobarse y el método científico podría ser de buena ayuda para hacerlo. Pero, si carece de masa, si es un tipo de energía, fuerza, vitalidad, milagro…, indescifrables ¿Qué hacemos si aplicamos los métodos científicos? Podríamos caer en un vacío desde la utilización de los mismos. ¿Indica que no tiene explicación el origen y la conformación del  poeticum corpus?

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