ESA VELLONERA ES MÍA
Por Olga Lara
Que me perdone su dueño
por haberme apoderado
de algo que le pertenece
y es imposible dudarlo
pues siempre fue mi deseo
al tener muy pocos años
ser dueña de aquel tesoro
para poder conservarlo.
Inolvidables canciones
se asomaban diariamente
a la puerta de mi casa
y escuchaba claramente:
“Tus ojos son dos luceros»
Y “La historia de mi vida»
y a Los Panchos con sus voces
siempre en perfecta armonía.
Y «Que se mueran de
envidia»
Javier Solís me cantaba
y Aznavour con su “Bohemia”
y ese “Quién” por quien lloraba.
“Con mi corazón te espero”
“Te amaré toda la vida”
y “Mil violines” tocaban
muy tristes tu “Despedida”.
“Atardecer de las almas”
y esos barcos carboneros
descritos magistralmente
en la “Niebla del Riachuelo”.
Y el amante que le dice
a su “Lindo querubi”
que se duerma, que la luna
también se quiere dormir.
Entre sueños muchas veces
evoco esas melodías
y se abrazan los “Recuerdos”
junto a mi melancolía.
Y es por eso que yo sé
aunque en verdad, es mentira
que siento, de corazón
¡Que esa vellonera es mía!