Hoy me entero del viaje sin regreso de Porfirio Pereyra (Pipe), pero esta despedida de casi llegando un siglo es devastante para la historia, se marchó un sibarita, un hombre de lujo…un sabio elegante, atractivo y seductor.
Un hombre de refinados gustos y catedrático de la buena costumbre, buen trato y trabajador; un pensador de ideas firmes y palabras hechas a sangre, un ciudadano ético y ejemplar, de discurso largo, coherente y de documentación.
Nos hace creer que la eternidad es persistente cuando un siglo nos regala un ser tan particular, las palabras pueden faltar para definir un personaje que nació cien años antes, que se le adelantó a los acontecimientos de la época y que construyó una saga de conocimientos y vivencias que podríamos narrarla en diez libros de más de mil páginas. Y a veces nos preguntamos si es justo perder un faro del “Olympo” en tiempos de tanta incertidumbre, un caballo de Troya o un caballero de armadura oxidada, lo cierto es que como diría Bertolt Brecht:
, “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles».
¡Agradezco haber compartido tantas experiencias y conversaciones con Porfirio, es un grato privilegio despedir un hombre de su estatura!!!…gracias por el legado del ser y buen hacer y por la hermosa familia que nos regalaste para recordar que la dignidad ni se compra, ni se vende, se vive y perdura para siempre, en Paz descanse don Pipe Pereyra