Por Luis Chito Naut
Aunque pareciera que fue un hecho que se dio en una tribu, no, se produjo en el pasado reciente en Azua. Fue la costumbre medieval que practicó la mayoría de sus residentes que fueron padres de familias de llevar de la mano a sus hijos varones, a que tuvieran su primera relación sexual con una de las desgraciadas mujeres que ofrecían su cuerpo por dinero en cualquiera de los burdeles del barrio » La Tierra De Nadie”. Ese irónico tipo de «bautismo » en lo general desformó la conducta sana del bautizado. Una gran parte de la sociedad azuana que fue testigo de esa práctica abominable, ha vivido todos los días repudiando ese recuerdo obscuro que dañó todas las normas de PUDOR.