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Dimensión Literaria, Poética e Histórica de Don Héctor Inchaustegui Cabral                            
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Dimensión Literaria, Poética e Histórica de Don Héctor Inchaustegui Cabral                            

Por Apolinar de León Medrano

El 110 aniversario del natalicio del notable poeta, ensayista de gran rigor intelectual, profesor, diplomático, periodista, animador cultural, crítico literario y fecundo escritor banilejo, don Héctor Inchaustegui Cabral, se conmemoró, el pasado lunes, este eximio bardo del sur, nació el 25 de julio del 1912, en la ciudad de Baní, y murió en Santo Domingo el 5 de septiembre del 1979, a la edad de 67 años.

Considerado como una de las voces más destacadas de la poesía Social antillana del siglo XX.

Una mirada diáfana sobre la dimensión literaria, Poetica e histórica de este gran hijo del sur, que sobre todo fue “Poeta” emerge como un  recorrido por la memoria y los hallazgos de uno de los escritores medulares de las letras dominicanas, su vasta obra se dimensiona como un testimonio de las luchas y agonías de la patria, de las angustias y las contradicciones bajo la sombra del poder, de la búsqueda espiritual y su esfuerzo por comprender las encrucijadas y complejidades de la dominicanidad.

La mirada poética de Don Héctor a su amando sur, podemos encontrarla en muchos de sus versos, plasmados en su libro (Poemas de una sola angustia), en esos poemas el bardo banilejo, invita a hombres, mujeres y niños de nuestra región, sobre todo, en su poema “Dagnos del agua que hay en la tierra” a trabajar colectivamente con ansias y optimismo, en aras de enfrentar la adversidad de una época oscura, nebulosa y aciaga de nuestra historia, durante el régimen dictatorial del sátrapa Rafael Leónidas Trujillo Molina.

Fragmento del poema “Dagnos del agua que hay en la tierra”

 Los hombres, las mujeres, los niños /el alegre burro chico, /y los grandes burros destrozados /de hambre y espina, /se entregaron /Al trabajo… /y por los caminos de las lomas, /entre verdes oscuros y aguazales, /y por los caminos del llano, /bajo un sol de azufre y bayahondas, llegó la gente, requirió los picos y las palas, y se enfrentó a la tierra que enseñaba, /los agrios colmillos…

Era un pueblo, es decir, /el hombre y sus enseres, /era un pueblo: con sus burros, /sus penas, sus chismes, sus trajes rotos, /reforzando por una tenaz excavadora…

Y el nuevo cause se fue abriendo, /poco a poco, /y como huella del trabajo /algo de sangre, /entre los espinos, un trozo de tela avejentada, /quizás un montoncito de pelos, /entre unas piedras, una lata abollada, /quizás los restos de una carta de amor, /quizás la vida…”

En este poema el bardo banilejo, narra y enseña como con  un esfuerzo comunitario el pueblo se puso en marcha, armado de voluntad, solidaridad de instrumentos para excavar la tierra y arrancar el agua a la lejanía y a las profundidades del suelo, una modalidad de trabajo colectivo practicado en el sur que se conoce como “Convite”.

En la vasta y variada dimensión literaria de Don Héctor, la poesía, es el eje medular, el punto dominante, por que don Héctor era ante todo “Poeta” poeta social y patriótico.

Fragmento del poema “Canto triste a la patria bien amada”

Patria,

Jaula de bambúes,

Para un pájaro mudo que no tiene alas,

Patria,

Palabra hueca y torpe

Para mí, mientras los hombres miren con desprecio los pies sucios y arrugados

Y maldigan las proles largas,

Y en cada cruce de camino claven una bandera

para lucir sus colores nada más…

Fragmento del poema “Secreto” del libro “Rumbo a la otra Vigilia” (1942)

Eres algo más que un recuerdo que viene

Por un camino trazado por aguas azules

Con peces insomnes y algas tranquilas.

Eres algo más que lumbre de estrellas,

Madurada en el color de las hojas,

Que el viento despierta por la madrugada.

Porque estás hecha de las sustancias

con que el sueño fabrica su figura,

con que la fiebre expresa lo que halló

en el fondo tembloroso de la angustia que no tiene nombre” .

La mirada poética de Don Héctor al sur, forma parte indisoluble de otras miradas, en la dimensión de la poesía incrustada en esta región inspiradora y profunda, miradas como las de los importantes poetas dominicanos: Freddy Gaton Arce y Lupo Hernández Rueda, esta triadas conforman “Tres Miradas Poéticas al Sur”.

Otro hijo dilectísimo de la región, el insigne escritor y poeta Premio Nacional de literatura, Manuel Matos Moquetes, apunta que “El Sur es una región Inspiradora de tres de los más trascendentes poetas dominicanos del siglo XX,

quienes de las amorosas entrañas de sus poesías escrutan las catástrofes  territoriales y circunstanciales que exaltan el vigor y la esperanza de esa transida humanidad.”

Mientras que en su mirada al sur, el poeta Freddy Gaton Arce, con su poema “ Trece veces  al Sur”, reconstruye un sur mítico, originario y trágico evocando episodios legendarios en su mayoría desventurados como son: Imagen del pescador lanzando la red al mar pequeño y trémulo, la tala de los arboles, y las desdichas amorosas de las campesinas…

Fragmento del poema “Magino Quezada”

“Por qué cien veces cien veces cien /

Llegó a la aldea,  y Magino Quezada me espera”. /

“…Porqué los hombres humildes y /las mujeres humildes

viven en bohíos con puertas como labios resecos, /

cerca de las cañadas sin pomarrosas y de los caminos/polvorientos:

“la única riqueza es la tierra. Ese platanal era del abuelo, /y ahora es mío”.

Pero tu vez, como yo, que los cimientos/y los artesonados de la casa todavía siguen el mismo giro/de la tierra que en 1844….”/ “un hombre que ama jamás olvida la tierra…”

La mirada al Sur de Lupo Hernández Rueda, la hallamos íntegra en el poema “Es un territorio” de su libro “Crónicas del Sur” donde dibuja la región con una naturaleza muerta, una tierra muerta, un pueblo muerto, con todo lo peor y nada de lo mejor. Es una humanidad inerte y estática desprovista de voluntad, esperanza y utopía.

Fragmento del poema “Es un Territorio”

Esta es nuestra tierra /con uñas /con escorpiones,/con arco iris,/con pocilgas,/ con afanes,/con piedras,/con parásitos,/con dueños,/con hambre,/con rencores,/con sangre,/con soldados,/con arena,/con muertes,/Esta tierra nuestra,/sin alumbrado,/sin alimentos,/sin carreteras,/sin alfabeto…

En fin, ese es nuestro sur en las miradas de los tres poetas. En uno, nuestro Héctor Inchaustegui Cabral, en Poemas de una sola angustia, (1940), la poesía es como plegarias de tonos alentadores y auspiciadores; en otro, Freddy Gaton Arce,

es drama teñido de colores lúdicos, risueños y esperanzadores, en varios de sus poemas como el que acabamos de leer “Magino Quezada” y “Trece veces al Sur”, mientras que en Crónicas del Sur (1984) de Lupo Hernández Rueda, es réquiem lutuoso, sombrío, en pugna con un destino abierto al esfuerzo y la esperanza.

Por eso, por miradas como las de esos poetas, el sureño es un ser que conoce de grandes obstáculos, pero también de enormes oportunidades. Ahí radican los crisoles y las cribas que los definen como gentes tesoneras y retadoras, esos son los bienes espirituales y las mayores herramientas de esa humanidad sureña”.

“UN HOMBRE QUE AMA JAMAS OLVIDA LA TIERRA”

Sobre Don Héctor, afirma el excelso poeta, ensayista y diplomático chileno Alberto Baeza Flores, que Inchaustegui Cabral, había sido, en su calidad de director de la colección contemporánea de la Universidad Católica Madre y Maestra y de la revista EME-EME, una figura indispensable, “Un Promotor Cultural e Impulsor del quehacer literario entre sus contemporáneos”.     

Don Manuel Del Cabral, compañero de generación de Don Héctor, dice “Héctor Inchaustegui Cabral, es uno de los representantes de la gran poesía dominicana contemporánea. Su obra extensa e intensa basta para quedarse en la historia de la literatura de nuestro país o como uno de los hitos del pensamiento dominicano”.

En la obra poética de Don Héctor, encontramos otras colecciones de versos tan afortunados como: “De vida temporal” (1944), “Muerte del Edén” (1951), y “El pozo muerto” (1960).

Un año antes de su muerte el bardo banilejo recopiló toda su producción lirica en el poemario titulado “Poemas de una sola angustia”. Obra Poética Completa (1978), de la misma, afirma el inmenso escritor José Alcántara Almanzar, que “Es un libro esencial de la poesía dominica contemporánea, un autentico clásico moderno al que debemos acudir en busca de un panorama del país a mediados del siglo XX, una radiografía del dolor humano y espiritual y una noción demistificada de la patria.

Otras dimensiones de Don Héctor

Don Héctor fue  secretario de estado sin cartera en la gestión gubernamental del presidente Antonio Guzmán Fernández. Fue escritor residente y asesor  del Rector de la Universidad Católica Madre y Maestra, donde trabajó por doce años, primero como profesor y luego como vicerrector, encargado del departamento de publicaciones y de la revista EME-EME, estudios dominicanos.

Fue miembro correspondiente de la Academia Española de la Lengua, del Ateneo de México y del Ateneo de Bellas Artes de Río Janeiro Brasil. Poco antes de su muerte fue miembro de Legión de Honor de México. El año anterior a su muerte, fue reelecto para ocupar unos de los cinco puestos del Consejo Interamericano de Cultura de la Organización de Los Estados Americanos y su miembro más antiguo.

Fue secretario de Don Federico Henríquez y Carvajal y del Licenciado Manuel del Jesús Troncoso de la Concha, cuando estos excelsos fueron Rectores de la Universidad de Santo Domingo, también del licenciado Manuel Arturo Peña  Batlle, cuando ocupó  la presidencia de la Cámara de Diputados y del Dr. Donald Reíd Cabral, cuando presidió el Triunvirato.

Parte de la obra literaria ha sido traducida a los idiomas: italiano, catalán, francés, inglés  y alemán.

“En 1979 la asociación de escritores dominicanos le otorgó el prestigioso premio” Caonabo de Oro

Este diáfano recorrido por la vida de Don Héctor Inchaustegui Cabral, y el estudio permanente de su dilatada obra literaria, constituye, en la dimensión de su legado eterno, un llamado permanente, una exhortación a los jóvenes banilejos, a los hombres y mujeres del sur y del país, apoyarse en la dimensión literaria y poética de este excelso escritor medular de las letras dominicanas de todo el tiempo, no permitir que sus letras jamás caigan en el olvido, porque en ellas,  encontraréis la esencia misma de la dominicanidad.

Apolinar Antonio de León Medrano

Historiador y poeta

Domingo 17 de julio 2022

Azua de Compostela

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