Por Rafael Read Velázquez (Consultor International, Experto en Turismo Sostenible) Asesor Permanente del Cluster Ecoturístico de la provincia de San José de Ocoa
Con este llamado de atención inicio esta nueva entrega clamor que ha ido tomando más fuerza a medida que el ser humano ha vuelto la mirada a la conservación de su entorno, a la protección del Medio Ambiente tendencia cada vez más presente luego de la reapertura de los mercados turísticos. Se ha visto un turista en una proporción mucho mayor al que existía hasta marzo del 2020 con una alta sensibilidad hacia lo más “natural” y con ello provocando un cambio radical, rompiendo paradigmas. El mundo es otro y lo es también el turista de hoy en día. Mas informado, más responsable, usando la tecnología para la toma, de forma más inteligente, de sus opciones de vacacionar. Es un entorno más demandante y por ende más competitivo que obliga a los destinos a replantear sus estrategias para tener éxito en la captación de esos nuevos nichos de mercado, es sencillamente un ambiente totalmente nuevo y los destinos deben ser lo suficientemente flexibles para poder adecuarse a estos cambios que al parecer tomarán más de lo proyectado en reacuñarse a la nueva “COVIDIANIDAD”. Lo destinos deberán ir de la mano de las nuevas tecnologías para gestionarlos y buscar con ella el equilibrio con su entorno. Al mismo tiempo al hacer uso de las herramientas de Marketing tener el cuidado y la responsabilidad de comunicar de forma correcta al turista lo que queremos venderle. No usar falsos filtros en las fotos que se suben a las redes sociales, saber la ubicación de los recursos permitiendo con ello tener un equilibrio con la realidad del entorno y lo que se desea comunicar. De esta manera no se llevaría desagradables sorpresas y hasta se pudiera sentirse engañado. De ahí la importancia de conocer de forma correcta con lo que se cuenta en un destino. La naturaleza crea sus espacios muchos de ellos zonas de vida y de conservación de especies, zonas de amortiguamiento que no permiten la visitación de forma descontrolada. Estos errores se siguen cometiendo de forma hasta deliberada en muchos de nuestros destinos de montaña creando con esta mala práctica situaciones que atentan la conservación llegando hasta alterar el ciclo de vida de las especies que habitan esos lugares y que además son colectores de agua. Justamente estas cosas ocurren, en la mayoría de los casos, por no existir sinergias entre el sector público y el privado, cuando se desconocen los límites de ambos. Una falta grave de gestión y de planificación, una falta de políticas públicas que estén acorde con la realidad de sus territorios. De cara a este año 2022 y entrando al segundo trimestre tiempo más que oportuno para revisar estos aspectos que son claves y procurar cohesionar esos dos sectores de la vida productiva de nuestros destinos. Revisar, investigar, proponer, dar participación activa deben ser las herramientas permanentes hasta llegar, en los casos donde no exista, a la preparación de un Plan Maestro de Desarrollo Turístico como mecanismo idóneo para identificar las necesidades de sus territorios y poder, de forma oportuna, invertir sin tener alto impacto en las zonas identificadas. Es un reto, es un llamado, es un grito por la naturaleza y la preservación de las especies que deberá estar por encima de cualquier “capricho” político o económico para luego no lamentar lo que pudimos habernos evitado y no lo hicimos cuando teníamos que haberlo hecho.
La advertencia está hecha y como nos decía nuestro padre; “sigue así, que luego te pondré la mano en el hombro para decirte TE LO DIJE “!!